Algo de historia del Resolí de Cuenca
Si queremos conocer los orígenes de esta estupenda bebida, debemos remontarnos a la época del Renacimiento, cuando los nobles españoles, con sus posesiones de la Corona en el norte de Italia entraron en contacto con la cultura y tradiciones del Ducado de Nápoles.
Durante la Guerra de la Independencia José I Bonaparte entonces en el trono de España, liberó su fabricación, circulación y venta en 1809. Y sería Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia y residente en el Castillo de Belmonte, quien escribiría a los cocineros de Las Tullerías para recomendárselo como digestivo.
A día de hoy, no sólo se sirve en porrón como colofón a cualquier comida de la rica oferta gastronómica conquense. Los fabricantes locales lo ofrecen en botellas con la forma de las casas colgantes de la ciudad, o con formas que particularizan su marca y bodega. Independientemente de los ingredientes que lo componen, su secreto reside en el aguardiente de la sierra conquense, elaborado a partir del hollejo de uvas, procedente de viñedos conquenses.

Ingredientes
100 gr de café molido natural.
2 L de cazalla de la sierra o anís seco.
4 L de agua.
1 cucharadita de clavo no muy llena.
1 cucharada de semillas de anís.
1 palo de canela.
2,5 kg de azúcar.
La peladura de dos naranjas y dos limones.
Preparación
Prepararemos 1 litro de café con los 100 gr de café molido y 1 litro de agua
Añadiremos los 3 litros de agua restantes.
Haremos un caramelo con el azúcar, poniéndolo al fuego, y teniendo cuidado que no se queme para que no amargue.
Añadiremos este caramelo a la mezcla anterior de café y agua, junto con el anís, el clavo y la canela, y las cáscaras de limón y naranja.
Pondremos a hervir 45 minutos.
Dejaremos enfriar y colaremos.
Añadiremos el anís seco.
Lo probaremos, y si vemos que está bravo, lo amansamos con agua.
Como nos saldrá bastante resolí, podremos compartir con familiares y/o amigos.