Algo de historia de la Queimada de Orense
La Queimada es una bebida alcohólica fuerte muy tradicional en Galicia, que está muy presente en sus fiestas y celebraciones. Dice la tradición que tomar esta bebida después de pronunciar el conjuro funciona como protección contra maleficios, además de mantener a los espíritus y demás seres malvados alejados del que la ha bebido.
Todo el ritual de preparación está dirigido a alejar a los malos espíritus y a las meigas que, según la tradición, acechan a los hombres y mujeres para intentar maldecirles ya sea por diversión, por venganza, por algo que han realizado anteriormente, o por cualquier otro motivo.
Cualquier ocasión es buena para realizar una queimada: una fiesta, reuniones familiares o de amigos.
Uno de los mejores momentos para realizar dicha bebida es tras la cena, en la oscuridad de la noche, con los comensales reunidos alrededor de la queimada, para animar los corazones y estrechar los lazos de amistad. Uno de ellos se encargará de darle el toque final levantando con un cucharón el líquido en llamas y dejándolo caer poco a poco en el recipiente mientras pronuncia el conjuro, lo que crea un ambiente muy especial.
Se cree que su origen se encuentra en la cultura castrexa de los Celtas, aunque también hay quien dice de nació tras la llegada a la península de los musulmanes, en la Edad Media.

Ingredientes
1 l de aguardiente
150 gr de azúcar blanco
Granos de café
Mondas de limón y naranja
Preparación
Pondremos el aguardiente y el azúcar en una cazuela típica de queimada o una pota de cerámica común.
Lavaremos y pelaremos los limones y las naranjas y pondremos las cáscaras en la cazuela junto con el aguardiente y el azúcar.
Cogeremos un puñado de granos de café enteros y los incorporaremos a la mezcla de antes.
Cogeremos un poco del preparado en un cucharón, le pondremos un poco mas de azúcar y le prenderemos fuego con una cerilla o un mechero.
Acercaremos el cucharón al líquido del recipiente para que se extienda el fuego, con cuidado de no quemarnos.
Removeremos la mezcla mientras se pronuncia el conjuro.
Cuando queramos apagarla para probarla, dependiendo del grado de alcohol que busquemos, deberemos hacerlo soplándola o tapándola.
Serviremos la queimada caliente y en pocillos o vasos de barro.
Conjuro de la queimada
El conjuro, aunque se cree que tiene una autoría anónima, lo cierto es que fue creado en Vigo en el año 1967 por Mariano Marcos de Ábalo, para una fiesta de juegos florales. Comenzó a recitarse en una discoteca de la ciudad hasta que una imprenta después comenzó a distribuirlo. Poco a poco se fue expandiendo hasta incluirse en la tradición popular.
Búhos, lechuzas, sapos y brujas;
Demonios, duendes y diablos;
espíritus de las vegas llenas de niebla,
cuervos, salamandras y hechiceras;
rabo erguido de gato negro
y todos los hechizos de las curanderas…
Podridos leños agujereados,
hogar de gusanos y alimañas,
fuego de la Santa Compaña,
mal de ojo, negros maleficios;
hedor de los muertos, truenos y rayos;
hocico de sátiro y pata de conejo;
ladrar de zorro, rabo de marta,
aullido de perro, pregonero de la muerte…
Pecadora lengua de mala mujer
casada con un hombre viejo;
Averno de Satán y Belcebú,
fuego de cadáveres ardientes,
fuegos fatuos de la noche de San Silvestre,
cuerpos mutilados de los indecentes,
y pedos de los infernales culos…
Rugir del mar embravecido,
presagio de naufragios,
vientre estéril de mujer soltera,
maullar de gatos en busca gatas en celo,
melena sucia de cabra mal parida
y cuernos retorcidos de castrón…
Con este cazo
elevaré las llamas de este fuego
similar al del Infierno
y las brujas quedarán purificadas
de todas sus maldades.
Algunas huirán
a caballo de sus escobas
para irse a sumergir
en el mar de Finisterre.
¡Escuchad! ¡Escuchad estos rugidos…!
Son las brujas que se están purificando
en estas llamas espirituales…
Y cuando este delicioso brebaje
baje por nuestras gargantas,
también todos nosotros quedaremos libres
de los males de nuestra alma
y de todo maleficio.
¡Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego!
a vosotros hago esta llamada:
si es verdad que tenéis más poder
que los humanos,
limpiad de maldades nuestra tierra
y haced que aquí y ahora
los espíritus de los amigos ausentes
compartan con nosotros esta queimada.